La escuela fue fundada en 1926. el colegio en 1958 hasta ahora cumple 54 años de sus fiestas patronales fue fundada por las hijas de la caridad .
SANTA CATALINA LABOURE
Santa Catalina Labouré nació en 2 de mayo de 1806 en un pueblo de Francia. Eran once
hermanos. Toda la familia era devota de la Virgen y acudía al templo con frecuencia.
Catalina quedó huérfana de mamá a los 9 años. El mismo día de la muerte de su mamá, la
criada sorprendió a Catalina sobre una silla abrazando una imagen de la Virgen y pidiéndole
protección y amor. Y la Madre de Dios la cuidó y la protegió hasta hacerla santa: Santa Catalina
Labouré.
El ambiente familiar ayudó a Catalina en su vida espiritual. Cuando María, su hermana
mayor, ingresó en las Hijas de la Caridad, el papá, don Pedro. encargó a Catalina las tareas de
la casa. Ella, cumplidas las tareas diarias, se sumía en el silencio y en la oración y ayunaba los
viernes y los sábados.
Ingresa en la Congregación de las Hijas de la Caridad
A los 18 años tuvo un sueño: vio a san Vicente de Paúl celebrando misa y le oyó decir: ahora
huyes de mi, pero un día te sentirás dichosa por ser Hija de la Caridad, de esa Congregación
que fundé.
El 21 de abril de 1830 ingresó con las Hermanas, El informe de ingreso dice: lee y escribe sola,
es piadosa, ama el trabajo y es muy alegre. Durante ese año tuvo varias apariciones de San
Vicente, oyó palabras de Jesús Sacramentado y el 27 de noviembre le ocurrió la famosa
aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
La santa de la humildad
Concluído el primer año de prueba, fue enviada al Hospital-Asilo de Enghien para cuidar el
establo y servir a los ancianos. Allí vivió seguiditos los 46 años que le quedaban de vida. Tiene
la siguiente Hoja de Servicios: 5 años de ayudante en la cocina, cuatro años en la ropería, 15
años cuidando y ordeñando a las vacas que surtían leche a los pobres ancianos. También
atendió simultáneamente una sala de enfermos ancianos. Los últimos años de su vida se
desempeñó como portera del Asilo.
Las hermanas ancianas la buscaban en la portería para rezar el rosario porque le rezaba
devotamente y con mucha unción. Una vez le chismearon que uno de sus ancianos se portaba
mal. Contestó: rezad por él. En la fiesta de la Virgen Inmaculada caía enferma y comentaba: es
el ramito de flores que Ella me regala cada año en su fiesta.
hermanos. Toda la familia era devota de la Virgen y acudía al templo con frecuencia.
Catalina quedó huérfana de mamá a los 9 años. El mismo día de la muerte de su mamá, la
criada sorprendió a Catalina sobre una silla abrazando una imagen de la Virgen y pidiéndole
protección y amor. Y la Madre de Dios la cuidó y la protegió hasta hacerla santa: Santa Catalina
Labouré.
El ambiente familiar ayudó a Catalina en su vida espiritual. Cuando María, su hermana
mayor, ingresó en las Hijas de la Caridad, el papá, don Pedro. encargó a Catalina las tareas de
la casa. Ella, cumplidas las tareas diarias, se sumía en el silencio y en la oración y ayunaba los
viernes y los sábados.
Ingresa en la Congregación de las Hijas de la Caridad
A los 18 años tuvo un sueño: vio a san Vicente de Paúl celebrando misa y le oyó decir: ahora
huyes de mi, pero un día te sentirás dichosa por ser Hija de la Caridad, de esa Congregación
que fundé.
El 21 de abril de 1830 ingresó con las Hermanas, El informe de ingreso dice: lee y escribe sola,
es piadosa, ama el trabajo y es muy alegre. Durante ese año tuvo varias apariciones de San
Vicente, oyó palabras de Jesús Sacramentado y el 27 de noviembre le ocurrió la famosa
aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
La santa de la humildad
Concluído el primer año de prueba, fue enviada al Hospital-Asilo de Enghien para cuidar el
establo y servir a los ancianos. Allí vivió seguiditos los 46 años que le quedaban de vida. Tiene
la siguiente Hoja de Servicios: 5 años de ayudante en la cocina, cuatro años en la ropería, 15
años cuidando y ordeñando a las vacas que surtían leche a los pobres ancianos. También
atendió simultáneamente una sala de enfermos ancianos. Los últimos años de su vida se
desempeñó como portera del Asilo.
Las hermanas ancianas la buscaban en la portería para rezar el rosario porque le rezaba
devotamente y con mucha unción. Una vez le chismearon que uno de sus ancianos se portaba
mal. Contestó: rezad por él. En la fiesta de la Virgen Inmaculada caía enferma y comentaba: es
el ramito de flores que Ella me regala cada año en su fiesta.
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